¿Qué pasa con los empleados cuando una empresa cambia de dueños?

El mundo empresarial está lleno de cambios, tanto buenos como malos. Uno de los cambios que puede generar incertidumbre entre los trabajadores es la sucesión empresarial, también conocida como subrogación empresarial. Este proceso implica un cambio de titularidad de la empresa, y con ello, surgen muchas preguntas: ¿qué pasará con mi empleo? ¿Mantendré las mismas condiciones laborales? ¿Y mi antigüedad?

Para dar a conocer las respuestas a estas y otras preguntas, vamos a ver qué dice la Ley Federal del Trabajo de la Federación, la Ley General de la Seguridad Social y el Estatuto de los Trabajadores sobre la subrogación empresarial en México y en España, países donde es un proceso habitual.

¿Qué es la subrogación empresarial?

La subrogación empresarial se refiere al cambio de titularidad de una empresa, ya sea por venta, transmisión, jubilación o muerte de los empresarios. Es decir, cuando el dueño de una empresa vende su negocio, otro empresario se hace cargo de ella, lo que lleva a la sustitución del empleador.

Este cambio puede ser traumático para los trabajadores, ya que, en muchos casos, les genera incertidumbre sobre su puesto de trabajo y sus condiciones laborales. Aunque la empresa tenga nuevos dueños, los derechos y obligaciones de los trabajadores deben respetarse y mantenerse.

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¿Qué dice la Ley Federal del Trabajo de la Federación y la Ley General de la Seguridad Social?

La Ley Federal del Trabajo y la Ley General de la Seguridad Social establecen que en caso de subrogación empresarial, los derechos de los trabajadores y sus condiciones laborales deben mantenerse según estaban anteriormente al cambio de titularidad de la empresa.

Artículo 41 de la Ley Federal del Trabajo de la Federación establece que: “En caso de sustitución del patrón, ya sea por actos entre vivos o por causa de muerte, seguirán vigentes las relaciones de trabajo y los trabajadores mantendrán todos los derechos y obligaciones derivados de las normas que les sean aplicables, salvo lo que al respecto establece esta Ley.”

Es decir, aunque haya un cambio de titularidad, el contrato laboral del trabajador no se ve afectado, y debe ser respetado en todas sus condiciones.

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Por otro lado, la Ley General de la Seguridad Social establece que el nuevo empresario se subroga en los derechos y obligaciones laborales y de Seguridad Social del anterior, incluyendo los compromisos de pensiones en los términos previstos por la normativa específica.

¿Qué pasa con las condiciones laborales?

El cambio de dueño de una empresa no implica que se puedan modificar las condiciones laborales de los trabajadores. Todo lo contrario, el nuevo propietario debe mantener las mismas condiciones laborales de los trabajadores existentes, incluyendo salario y antigüedad.

Salvo pacto en contrario, las relaciones laborales de los trabajadores seguirán rigiéndose por el convenio colectivo que en el momento de la transmisión fuere de aplicación en la empresa, centro de trabajo o unidad productiva autónoma transferida.

La antigüedad de los empleados también se mantiene aunque haya un cambio de propietarios.

Modificaciones en las condiciones laborales

En caso de que se quieran modificar las condiciones laborales, deben ser acordadas con los trabajadores y aprobadas. Estas modificaciones se pueden realizar si se presentan causas objetivas como razones económicas, técnicas organizativas o de producción que lo justifiquen.

El salario no puede ser bajado si la empresa cambia de propietarios, a menos que se acudan al artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores.

Pero si la empresa solicita al empleado extinguir la relación laboral para firmar nuevas condiciones, el trabajador pierde su antigüedad y condiciones adquiridas.

Despidos

El cambio de titularidad en la empresa no es una causa justa ni legal para terminar un contrato laboral. Si el nuevo dueño despide al trabajador, ese despido es sin justa causa y debe pagar la indemnización correspondiente.

En algunos casos, el antiguo dueño despide a los trabajadores antes de la venta, y el nuevo dueño es solidario con la indemnización.

Cuando hay un cambio de dueño, generalmente hay una reestructuración de personal. Cualquier despido realizado por el nuevo dueño debe ser justificado, de lo contrario, se debe pagar la indemnización correspondiente.

Si los empleados son despedidos de manera improcedente tras una subrogación empresarial, tienen derecho a una indemnización. Si el antiguo dueño no asume los costes de los despidos, el nuevo empresario podría hacerlo.

En cualquier caso de despido, se debe pagar la indemnización correspondiente. La ley laboral contempla el despido sin justa causa en cualquier momento.

¿Qué pasa en España?

La subrogación empresarial es una situación muy habitual en este país, pero puede generar inseguridad entre los trabajadores de las empresas que cambian de manos.

El Estatuto de los Trabajadores es el que regula la protección de los derechos laborales en una subrogación empresarial.

El artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores aborda la sucesión de empresas y establece que el nuevo empresario se subroga en los derechos y obligaciones laborales y de Seguridad Social del anterior, incluyendo los compromisos de pensiones en los términos previstos por la normativa específica.

Conservación de las condiciones laborales

El nuevo propietario debe conservar las condiciones laborales de los trabajadores tras un cambio de propietarios y mantener las mismas condiciones laborales de los trabajadores existentes, incluyendo el salario y la antigüedad del empleado.

Si se producen despidos, el empresario que traspasa la titularidad se ocupa de asumir los costes de los mismos y el nuevo empresario tiene que responsabilizarse de la antigüedad de los empleados.

Es posible cambiar el convenio colectivo, ya sea por pacto o si expira o entra en vigor uno nuevo. En cualquier caso, no se pueden modificar las condiciones laborales sin negociación y aprobación por parte del trabajador.

Conclusión

En definitiva, cuando una empresa cambia de dueño, los trabajadores y sus derechos deben ser respetados. Las condiciones laborales y la antigüedad no pueden ser modificadas, salvo que existan causas objetivas que lo justifiquen y sean aprobadas por los trabajadores.

En caso de despidos, se debe pagar la indemnización correspondiente, ya sea por parte del antiguo o del nuevo empresario.

La subrogación empresarial es un proceso común en el mundo empresarial y aunque pueda generar incertidumbre entre los trabajadores, la legislación laboral protege sus derechos y obliga a los nuevos propietarios a mantener sus condiciones laborales.