¿Qué es un irrigante en endodoncia?

Una de las técnicas más utilizadas en el ámbito de la endodoncia es la irrigación. Pero, ¿qué es un irrigante y cuál es su objetivo en este proceso?

La irrigación se refiere a la introducción de soluciones en la cámara pulpar y conductos radiculares durante la preparación de los conductos. Su objetivo principal es desinfectar y limpiar el sistema de conductos para asegurar el éxito del tratamiento.

Aunque se han sugerido numerosos compuestos en solución acuosa a lo largo de la historia, actualmente se utilizan principalmente tres sustancias: el EDTA, el hipoclorito de sodio (NaOCl) y la clohexidina. De estos tres, el NaOCl es el más utilizado por su propiedad antibacteriana.

El objetivo de este artículo es explorar la efectividad de estos irrigantes y cuáles son las precauciones a tener en cuenta al momento de utilizarlos en endodoncia. Para ello, se realizó una búsqueda de artículos publicados en inglés y español entre 2006 y 2012, y se encontraron resultados interesantes.

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El MTAD, la sustancia más efectiva y biocompatible

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue que el MTAD es considerado la sustancia más efectiva y biocompatible. Sin embargo, aún existen controversias sobre su uso en la práctica clínica.

Además, se encontró que los cuatro irrigantes estudiados deben utilizarse en combinación para garantizar su efectividad. De esta manera se logra un sinergismo entre las sustancias, permitiendo una limpieza profunda del sistema de conductos.

La frecuencia y el volumen de irrigación

Otro punto importante es la frecuencia y el volumen de irrigación utilizado durante la preparación de los conductos. Estos factores son esenciales para garantizar la eliminación de detritos y del barrillo dentinario, que se compone de detritos compactados dentro de los túbulos dentinales.

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De acuerdo con el profesor Dr. Ricardo Rivas Muñoz, quien impartió el semestre lectivo 2011-1/2, la frecuencia de la irrigación debe incrementarse a medida que los instrumentos se aproximan a la constricción apical. Esto garantiza que se alcance una limpieza profunda del sistema de conductos.

Precauciones al momento de irrigar

Es importante señalar que se deben tener ciertas precauciones al momento de irrigar un conducto. Por ejemplo, se debe evitar la extrusión del irrigante al periápice, lo que puede provocar una reacción dolorosa e inflamación en la zona periapical.

En este sentido, se recomienda no introducir el hipoclorito y la aguja con excesiva presión y muy cerca del ápice. También se debe controlar la cantidad de irrigante utilizada para evitar su extrusión.

Los objetivos específicos de la irrigación

Además del objetivo general de desinfectar y limpiar el sistema de conductos, la irrigación tiene otros objetivos específicos en el proceso de endodoncia.

Por un lado, se busca la disolución de los restos vitales o necróticos para su posterior eliminación. También se busca la limpieza de las paredes con el fin de eliminar los residuos que cubren y bloquean la entrada de los túbulos dentinarios.

Por otro lado, la irrigación busca disolver bacterias y lubrificar el canal para facilitar su instrumentación. Finalmente, la acción antiséptica o desinfectante de los fármacos empleados inactiva las endotoxinas, lo que contribuye al éxito del tratamiento.

Los compuestos utilizados en la irrigación

Como se mencionó anteriormente, actualmente se utilizan principalmente tres sustancias en la irrigación: el EDTA, el hipoclorito de sodio y la clohexidina. Cada una de ellas tiene propiedades y usos específicos en el proceso de endodoncia.

El EDTA, por ejemplo, es indicado para facilitar la instrumentación en la endodoncia y en el tratamiento químico de la raíz en cirugía periodontal. También es utilizado como coadyuvante en la raspaje de la superficie radicular y para auxiliar en la limpieza de conductos que recibirán la cementación de pinos.

El hipoclorito de sodio, por su parte, es el más utilizado por su propiedad antibacteriana. Se emplea para la desinfección y limpieza del sistema de conductos, y tiene una acción disolvente de restos orgánicos.

Por último, la clohexidina es un agente antibacteriano de amplio espectro. Se usa para la desinfección y limpieza en la preparación del conducto, y sus propiedades antimicrobianas se mantienen durante varios días.

Controversias en el uso del MTAD

Aunque se ha encontrado que el MTAD es la sustancia más efectiva y biocompatible, existe controversia en cuanto a su uso en la práctica clínica.

Entonces, ¿cuál es la razón de esta controversia? Algunos expertos consideran que el MTAD no es necesario en todos los casos, y que su uso puede encarecer innecesariamente el tratamiento. Otros, por el contrario, argumentan que su efectividad lo hace indispensable en ciertos casos complejos.

Es importante señalar que aún se necesitan estudios que determinen la efectividad del MTAD en diferentes situaciones clínicas. Por lo pronto, lo que está claro es que el uso de esta sustancia requiere un conocimiento profundo de sus propiedades y de su aplicación en la práctica clínica.

Conclusiones

En definitiva, la irrigación es una técnica esencial en la endodoncia, ya que permite la desinfección y limpieza del sistema de conductos, garantizando el éxito del tratamiento.

Es necesario tener precauciones al momento de utilizar los irrigantes, ya que su mal uso puede provocar inflamación y dolor en la zona periapical. La combinación de los distintos irrigantes, en especial el MTAD, puede potenciar su efectividad.

Sin embargo, aún se necesitan más estudios que determinen la efectividad de cada uno de los irrigantes en diferentes situaciones clínicas. La controversia en torno al uso del MTAD demuestra que la endodoncia todavía tiene mucho por explorar y descubrir.

¿Cuál será el futuro de la irrigación en la endodoncia? ¿Cuáles serán las próximas sustancias que se utilizarán en la limpieza y desinfección del sistema de conductos? Sin duda, la endodoncia seguirá siendo un campo de investigación y descubrimientos a futuro.