¿Cómo era la educación en la escuela lancasteriana?

La educación ha sido un factor determinante en la historia de la humanidad, un elemento transformador que ha permitido el desarrollo de las sociedades y el progreso de los pueblos. La educación ha sido un bien muy preciado a lo largo de la historia, y la educación en la escuela lancasteriana es un ejemplo de ello.

Orígenes de la escuela lancasteriana

La escuela lancasteriana tiene su origen en Inglaterra, durante el siglo XVIII, con Joseph Lancaster como principal promotor de este método educativo que tuvo gran éxito en América, especialmente en México. El objetivo de la escuela lancasteriana fue proporcionar una educación primaria a los menos favorecidos con un número reducido de maestros, gracias al método “monitorial” que permitía que los alumnos más avanzados se encargaran de enseñar a los niños más pequeños.

El sistema de funcionamiento era muy ordenado y reglamentado, aunque existía un sistema de premios y castigos que fue criticado por su severidad. Andrew Bell fue quien aplicó por primera vez un sistema educativo similar al de Lancaster. Joseph Lancaster popularizó el sistema monitorial y lo expandió por América, donde se recibió con gran entusiasmo y se extendió a lo largo del continente.

Funcionamiento de la escuela lancasteriana

La escuela lancasteriana se organizaba de forma muy similar en todos los lugares donde se implantó. El sistema monitorial permitía que los propios alumnos enseñaran a otros niños, lo que cambiaba la tradicional relación entre maestro y alumno. Los monitores eran alumnos escogidos entre los más adelantados que se encargaban de enseñar a sus compañeros según un horario establecido.

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La enseñanza mutua o lancasteriana fue un método de organización escolar establecido por Andrew Bell y Joseph Lancaster en el siglo XVIII. Este método se basaba en la instrucción compartida entre los estudiantes bajo la dirección de un maestro y monitores generales y de orden. Gracias a la compañía lancasteriana, en 1822 se estableció la primera escuela lancasteriana en México durante el gobierno de Agustín I.

El sistema lancasteriano permitía abaratar los costos de la educación, ya que un solo profesor podía dar clases a grupos de 300 a 1000 alumnos. El método involucraba la enseñanza de los alumnos en grupos de ocho, a cargo de otros alumnos aventajados previamente formados como monitores por el maestro, en una gran sala para unos 150 a 350 alumnos, sentados en bancos corridos para diez y seis de ellos, en cuyos lados colgaban o se hallaban carteles o dispositivos para la enseñanza de la lectura y del cálculo.

Objetivos de la educación en la escuela lancasteriana

La educación en la escuela lancasteriana no buscaba enseñar asuntos relacionados con la religión, sino que su educación se centraba en enseñar a las personas sin importar su condición social o edad. El método de enseñanza mutua fue establecido por el pastor anglicano Andrew Bell en Madrás, India, en 1796, y dos años después por el cuáquero Joseph Lancaster en Londres.

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Fue promovido en Inglaterra por la National Society for Promoting the Education of the Poor in the Principles of the Established Church throughout England and Wales y por la Royal Lancasterian Society, que en 1814 se convirtió en la British and Foreign School Society. El método se difundió por diversos continentes y países gracias al apoyo oficial y de sociedades filantrópicas en los primeros años del siglo XIX.

Alcance de la educación en la escuela lancasteriana

La Compañía Lancasteriana aceptaba niños desde los cuatro años poniendo un tope hasta los quince años debido a que este modelo afirmaba que las primeras letras eran fundamentales para una educación exitosa. El Panorama Educativo de México (PEM) es una publicación anual que integra un sistema de indicadores macro con datos acerca de los niveles obligatorios del Sistema Educativo Nacional (SEN).

Los líderes latinoamericanos como Rivadavia, O’Higgins, San Martín y Simón Bolívar contribuyeron a la difusión del método lancasteriano en América Latina. El sistema mutuo se presentaba como un sistema capaz de materializar los ideales de la ilustración en relación a la educación básica y universal.

Disciplina y control en la escuela lancasteriana

El sistema de Lancaster eliminaba los castigos corporales, pero utilizaba castigos morales como orejas de burro. La educación en la escuela lancasteriana se basaba en la actividad permanente y contenidos como orden, lectura, escritura, gramática, dibujo, costura y canto. La didáctica era mecánica y repetitiva, con un enfoque memorístico.

El método requería una estricta disciplina y orden tanto en las posturas o posiciones de los niños en los bancos donde tenían lugar los ejercicios de escritura en pizarrines como en los desplazamientos permitidos en el aula. El maestro no enseñaba directamente a los alumnos, sino indirectamente a través de monitores específicamente adiestrados para ello.

Críticas y desafíos a la escuela lancasteriana

Después de un tiempo, el método perdió fuerza debido a críticas y desafíos planteados, así como a factores intrínsecos como la rigidez disciplinaria. La imagen que ofrecía la escuela era de un sistema muy ordenado y mecanizado, sin la capacidad de desarrollar el pensamiento crítico y creativo de los alumnos.

De igual forma, el sistema de premios y castigos fue criticado por su severidad y por el hecho de que se basaba en una evaluación subjetiva por parte de los monitores. El sistema mutuo, si bien permitía una mayor eficiencia en la enseñanza, no lograba una educación integral que abarcara todas las áreas del conocimiento y los intereses de los niños y jóvenes.

Conclusión

La escuela lancasteriana representó un gran avance en la educación, al permitir que un mayor número de alumnos tuviera acceso a la educación primaria a través de un sistema monitorial que abarataba los costos y permitía la enseñanza mutua entre los alumnos de la escuela. Sin embargo, los desafíos y críticas planteados a este método educativo demostraron la necesidad de una educación más integral y personalizada que pudiera dar respuesta a las necesidades y demandas de los alumnos.

La educación sigue siendo un tema esencial en la actualidad, y la evolución de la escuela lancasteriana es un ejemplo de cómo la educación ha ido cambiando para adaptarse a las demandas y necesidades de la sociedad en cada época. Hoy en día, la educación busca no solo transmitir conocimientos, sino también formar ciudadanos críticos y comprometidos con su comunidad y con el mundo que les rodea.