Letra cursiva vs letra manuscrita

La escritura es una expresión artística que ha acompañado al ser humano desde que existe la historia. La forma de escribir ha ido evolucionando con el paso del tiempo, desde los jeroglíficos egipcios hasta las modernas tipografías digitales. Uno de los aspectos que llama la atención en el tema de la escritura es el uso de la letra cursiva y la letra manuscrita. ¿Cuál es su diferencia y cuál es su origen? Acompáñanos en este recorrido por la historia de la escritura.

La letra cursiva

La cursiva es una tipografía ovalada y suavemente curvada que se utiliza para indicar que una palabra o conjunto de palabras tiene un sentido especial. Se utiliza tanto para dar énfasis como para advertir al lector de que una palabra o frase puede no resultarle familiar. Los títulos de libros, discos, películas, obras teatrales, fotografías, etc. también van en cursiva, al igual que las palabras que se utilizan para referirnos a su forma y funciones.

La cursiva surgió en la escritura manual, de la costumbre de algunos de escribir tumbando las letras hacia la derecha, algo natural porque la mayoría de las personas son diestras y es en esa dirección hacia donde tienden a inclinar los trazos. Para dar la impresión de la misma agilidad, rapidez e informalidad, el impresor italiano Francesco Griffo creó un estilo impreso que se asemejaba mucho a los trazos manuales, y que pasó a llamarse “letra grifa” o “letra aldina”. El primer libro en la historia en imprimirse con la letra grifa o aldina fue un libro en verso de las obras del poeta romano Virgilio, publicado en 1501.

En la actualidad, los términos cursivas, bastardillas e itálicas son prácticamente sinónimos. Las letras cursivas se oponen a las letras redondas o caligráficas, hechas con más detenimiento y cuidado, y también llamadas letras “de molde” o “de palo”. Las letras cursivas o itálicas se emplean, comúnmente, como un reemplazo del subrayado, es decir, para añadir un énfasis particular a lo escrito o resaltar un sentido específico.

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La letra manuscrita

Por su parte, la letra manuscrita es toda aquella escritura que se hace con la mano, como su nombre lo indica. Es una escritura individual que pertenece a cada persona que la ejecuta, no a una tipografía que puede ser usada por cualquiera. Se trata de un estilo de escritura que cada quien crea y modifica a lo largo de su vida.

La tipografía manuscrita también se denomina como cursiva o script. Son tipografías que representan o imitan la caligrafía a mano, por lo que en ocasiones también se les puede denominar como tipografías caligráficas. Generalmente este tipo de tipografías cuentan con una tendencia itálica o cursiva clara.

Diferencia entre letra cursiva y manuscrita

La letra cursiva y la letra manuscrita son fácilmente identificables. La letra cursiva es un estilo de escritura cuyas letras se inclinan hacia adelante y a menudo encadenan el trazo de una con la siguiente, imitando la escritura manual. Por otro lado, la letra manuscrita, aunque también puede tener cierta inclinación, se distingue porque es un trazo más uniforme, a diferencia de la letra cursiva que presenta variaciones según la letra, la persona que la escriba y la velocidad con la que se escriba.

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Entonces, se podría decir que la diferencia entre ambas es que la letra cursiva es un estilo de tipografía, mientras que la letra manuscrita es un estilo de escritura individual. La letra cursiva puede ser recreada por cualquiera que tenga los conocimientos y los recursos técnicos para hacerlo, mientras que la letra manuscrita es una parte fundamental de la identidad de quien la escribe.

Orígenes de la letra cursiva y la letra manuscrita

Como hemos dicho, la letra cursiva tuvo su origen en la escritura manual, específicamente, en la costumbre de inclinar las letras hacia la derecha para dar la impresión de rapidez y facilidad. Pero fue en el siglo XVI que se empezó a emplear como letra de imprenta, siendo Aldo Manucio, un italiano, el responsable de popularizarla al utilizarla en su imprenta Aldina en 1501. Francesco Griffo, colaborador de Aldo Manucio, es considerado por algunos el primero en emplear los tipos cursivos en una imprenta, por eso la cursiva también se conoce como letra grifa o agrifada. Los primeros tipos de letra cursiva en la Imprenta Aldina eran sólo en minúsculas, así que los textos que se componían en itálica iban sin embargo con las mayúsculas en redonda.

Por su parte, la letra manuscrita tiene sus raíces en la necesidad de la comunicación escrita. Desde tiempos remotos, el ser humano ha encontrado en la escritura manual un medio para comunicarse y dejar constancia de sus pensamientos, sus ideas y sus acciones. La escritura manuscrita ha sido una de las formas más íntimas y personales de expresión de las personas, ya que a través de ella han plasmado su esencia, su personalidad y su estilo propio.

La escritura manuscrita y la era digital

En la actualidad, la escritura manuscrita ha perdido terreno frente a la era digital. Con la llegada de los ordenadores, los smartphones y las tablets, la escritura a mano ha dejado de ser la forma más común de comunicación escrita. Ahora, la mayoría de las personas utilizan el teclado para escribir, dejando la pluma y el papel en un segundo plano.

Por otro lado, la letra cursiva sigue siendo utilizada en los textos impresos, aunque su uso se ha reducido considerablemente en las últimas décadas. Muchos consideran que la escritura en cursiva tiene un encanto especial, una elegancia que no se encuentra en otras formas de escritura. Otros, por su parte, prefieren la comodidad de la escritura a mano en imprenta, una forma de escritura más clara y legible.

El debate en torno a la escritura a mano

La tendencia hacia la escritura digital ha generado un debate en torno a la importancia de la escritura a mano en la formación de las personas. Algunos expertos sostienen que la escritura a mano es fundamental para el desarrollo cognitivo de las personas, ya que al escribir a mano se activan determinadas áreas del cerebro que no se activan al escribir en un teclado. Otros, por su parte, consideran que la escritura digital es la forma de escritura del futuro y que el papel y la pluma están destinados a desaparecer.

Conclusión

En resumen, la letra cursiva y la letra manuscrita son dos formas de escritura que han evolucionado de diferentes formas a lo largo de la historia. La letra cursiva es un estilo de tipografía que se utiliza para dar énfasis y resaltar determinados aspectos de un texto, mientras que la letra manuscrita es una forma de escritura individual que pertenece a cada persona.

A pesar de que la escritura manuscrita ha perdido terreno en la era digital, sigue teniendo un encanto especial que la hace única e irrepetible. Cada persona tiene su estilo propio de escritura, su forma de ver el mundo, y eso se refleja en la letra que deja en el papel. Ya sea escribiendo en cursiva o en imprenta, lo importante es que la escritura siga siendo una forma de expresión personal y una vía para comunicar nuestros pensamientos y emociones.