¿Qué significa la vida eterna según la Biblia?

La vida eterna es uno de los conceptos más profundos que se encuentra en la Biblia. Para muchos creyentes, la idea de la vida eterna es un regalo celestial que se les ha otorgado gracias a su fe en Dios y en Jesucristo. ¿Pero qué significa exactamente la vida eterna según la Biblia? En este artículo, vamos a explorar ese concepto y profundizar en lo que realmente significa tener vida eterna.

La definición bíblica de vida eterna

La vida eterna, como se entiende en la Biblia, es un regalo divino que se le da a aquellos que creen en Dios y en Jesucristo. El significado bíblico de vida eterna es la vida en Cristo, que es una vida de plenitud, abundancia y gozo. De acuerdo con la Biblia, aquellos que tienen vida eterna tienen una relación personal con Dios a través de Jesucristo y están libres del poder del pecado y la muerte.

La vida eterna es un contraste con la muerte y es una existencia perpetua que continúa para siempre. Según el apóstol Juan, la vida eterna es conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien él ha enviado (Juan 17:3). La vida eterna es la vida en la presencia de Dios y en comunión con él, una vida llena de amor, paz y alegría.

La vida eterna y la muerte espiritual

Según la Biblia, el creyente tiene una muerte espiritual cuando decide seguir a Jesús para transformarse y obtener la vida eterna. La muerte espiritual es la separación del hombre de Dios y se produce cuando se vive en el pecado. Cuando un individuo se arrepiente y pone su fe en Jesucristo, se borra la muerte espiritual y se puede tener vida eterna.

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Jesucristo y la vida eterna

Jesucristo vino al mundo para rescatar a aquellos que quieran tener esta bendición y cumplir con las profecías del Antiguo Testamento. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Jesús afirma ser la única vía hacia la vida eterna en diversos versículos.

¿Qué significa “vida eterna”?

El significado bíblico de vida eterna contrasta con la existencia física ordinaria y aquel que tiene existencia física sin tener la eterna se describe como ‘muerto en delitos y pecados’. La vida eterna es un don de Dios que solo se obtiene a través de Cristo Jesús. Este don está en oposición a la muerte, que es el resultado natural del pecado.

La vida eterna y la calidad de vida

La vida eterna no es simplemente una progresión interminable de años, sino que tiene que ver con la calidad de vida y la relación con Dios y Jesucristo. La vida eterna comienza en el momento en que una persona ejerce su fe en Cristo y es una posesión actual de los creyentes. El acceso al árbol de la vida y, por lo tanto, a la vida eterna se logra a través de Jesucristo.

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Cómo obtener la vida eterna

Para obtener la vida eterna, es necesario confesar el pecado y aceptar a Jesucristo como salvador personal. La vida eterna es una posesión de los creyentes en Jesucristo, mientras que los que no tienen a Cristo no tienen la vida eterna. La vida eterna es considerada un regalo de Dios para aquellos que creen en Jesús como Señor y Salvador.

El sacrificio de Cristo y la vida eterna

El sacrificio de Cristo en la cruz libera a las personas del poder del pecado y les da el regalo de la vida eterna. La muerte física es una consecuencia directa del pecado original de Adán y Eva en el Jardín del Edén. El que vive en esclavitud del pecado recibe una terrible paga: la muerte. Tener a Jesucristo como Señor libera del poder del pecado y da la vida eterna como regalo.

La vida eterna y las ordenanzas sagradas

Ordenanza del Bautismo

La vida eterna no es algo que se disfruta solo en el futuro, sino desde el momento en que se acepta a Jesucristo como Señor y Salvador. Al bautizarnos y recibir el don del Espíritu Santo, entramos en el sendero que lleva a la vida eterna. Como dijo Jesús en Juan 3:5: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.

La ordenación al Sacerdocio de Melquisedec

Para el hombre, la ordenación al Sacerdocio de Melquisedec es una ordenanza de salvación importante. El Sacerdocio de Melquisedec otorga el poder y la autoridad a aquellos que lo poseen para obrar en el nombre de Dios.

La investidura del templo y el sellamiento matrimonial

Para el hombre y la mujer, la investidura del templo y el sellamiento matrimonial son también ordenanzas de salvación importantes. La investidura del templo es una ceremonia sagrada que otorga conocimiento y poder a los que la reciben. El sellamiento matrimonial es una ordenanza que une al hombre y la mujer por la eternidad.

La perseverancia y la obediencia

Al recibir esas ordenanzas y guardar los mandamientos que las acompañan, nos preparamos para heredar la vida eterna. La perseverancia y la obediencia son fundamentales para alcanzar la vida eterna. Debemos perseverar hasta el fin con fe, para poder heredar el reino de Dios y vivir en su presencia.

Conclusion

En definitiva, la vida eterna es el regalo divino que se le da a aquellos que creen en Jesucristo. Se trata de una vida llena de plenitud, alegría y amor, vivida en la presencia de Dios. La vida eterna es obtenida por fe en Jesucristo y por vivir según sus mandamientos. Es un regalo que se disfruta a partir del momento en que se acepta a Jesucristo como Señor y Salvador.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que no creen? ¿Tienen la oportunidad de obtener la vida eterna? ¿Qué pasa con aquellos que nunca han oído hablar del evangelio de Jesucristo? Estas preguntas son complejas y no tienen respuestas sencillas. Al final, cada uno de nosotros debe decidir si aceptar o rechazar el señorío de Jesús en nuestra vida.

En un mundo lleno de sufrimiento y dolor, la idea de una vida eterna puede ser reconfortante para muchos. Saber que hay algo más allá de esta vida puede ser esperanzador. Y aunque no sepamos todo acerca de la vida eterna, una cosa es segura: aquellos que ponen su fe en Jesucristo pueden estar seguros de que sus almas vivirán por la eternidad.