¿Qué pasa si me como una tortilla con moho?

Los alimentos son esenciales para nuestra supervivencia y bienestar, son nuestra fuente de energía y nutrientes. Por ello, es de vital importancia conocer cuándo un alimento es seguro para consumir y cuándo se debe desechar. Uno de los problemas más comunes en la conservación de los alimentos es la presencia de moho, una problemática que puede afectar tanto el sabor como la salud del comensal. En este artículo, nos centraremos en responder una de las preguntas más comunes: ¿Qué pasa si me como una tortilla con moho?

El problema del moho en los alimentos

El moho es un hongo que puede crecer en cualquier alimento. Los hongos utilizan la materia orgánica como fuente de alimento, y muchos alimentos contienen los nutrientes que los hongos necesitan para crecer, como la fruta, el pan y los productos lácteos. El moho puede ser detectado a simple vista, ya que se presenta en colores diferentes dependiendo del tipo de hongo que haya crecido, y su textura puede ir desde esponjosa hasta peluda.

Los alimentos con moho pueden contener micotoxinas tóxicas para el organismo, que pueden acarrear problemas graves de salud. Asimismo, también pueden descomponerse si están expuestos a la intemperie. Al contrario de lo que muchas personas piensan, la fecha de caducidad en las tortillas no es una fecha de vencimiento. Es decir, una tortilla que haya caducado no necesariamente contiene moho, pero puede haberlo, lo que puede poner en riesgo la salud del consumidor.

Los peligros del moho para la salud

Es importante comprender los peligros que el moho puede representar para nuestra salud si se consume. Una de las principales problemáticas del moho es que puede contener micotoxinas tóxicas para el organismo. Las micotoxinas pueden acarrear desde problemas gastrointestinales hasta enfermedades más graves, como cáncer o debilitación del sistema inmunitario.

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Además, algunas personas pueden ser alérgicas al moho. Si bien esto no significa que el moho sea siempre peligroso para cualquier persona, sí es importante tener en cuenta que algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas como picor de ojos, irritación de garganta o dificultad respiratoria.

¿Qué pasa si me como una tortilla con moho?

Si comes una tortilla con moho, es posible que no sientas ningún efecto secundario, especialmente si la cantidad de moho que has consumido es pequeña. De hecho, la ingesta accidental de una mínima cantidad de moho en un momento puntual no suele generar problemas severos.

Sin embargo, si se ingiere moho generado por distintos hongos y bacterias puede haber problemas digestivos, reacciones alérgicas como picor de ojos, irritación de garganta o dificultad respiratoria. En algunos casos, los síntomas pueden ser más graves, provocando malestar estomacal, diarrea, vómito, escalofríos e incluso, agotamiento fulminante.

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De hecho, la autora de este artículo ha comido alimentos con moho en dos ocasiones, y en la última vez, al retirar el moho de una tortilla, experimentó precisamente malestar estomacal, diarrea, vómito, escalofríos y agotamiento fulminante después de unas horas.

La experiencia de la autora muestra que cortar la parte con moho de un alimento para poder comer el resto es una práctica habitual que solo debe hacerse en algunos casos (alimentos duros y con poco contenido de agua). Y, en todo caso, puede ser insuficiente, ya que en el resto del alimento pueden permanecer micotoxinas, un peligro para el organismo.

¿Qué hacer si te has comido una tortilla con moho?

Si te has comido una tortilla con moho, no debes alarmarte inmediatamente. En primer lugar, necesitas evaluar el tipo de moho que hayas consumido. No todos los tipos de moho son peligrosos para la salud humana. De hecho, en algunos alimentos, como embutidos o quesos, el moho es deliberadamente introducido durante el proceso de producción.

En cambio, si has consumido un tipo de moho no alimenticio, es importante que estés atento a posibles síntomas como nauseas, dolor de estómago, vómitos, diarrea, fiebre, temblores, problemas respiratorios, entre otros. Si presentas algún síntoma, debes acudir de inmediato al médico.

En cualquier caso, si has comido una tortilla con moho y quieres tomar medidas para evitar problemas de salud, la mejor opción es inducir el vómito inmediatamente. No obstante, si es difícil inducir el vómito, puedes tomar un vaso de agua con sal.

La prevención es la mejor medida

Lo mejor que puedes hacer para evitar problemas de salud relacionados con el moho en los alimentos es prevenir su aparición en primera instancia. Para ello, es sumamente importante mantener los alimentos limpios y secos, verificar las fechas de caducidad y conservación adecuada de los mismos.

Además, si tienes tortillas en casa, es recomendable que las conserves en el refrigerador, ya que el frío inhibirá el crecimiento del moho. El moho se propaga especialmente en alimentos blandos como el pan, queso, carne y salsas.

En el caso particular de las tortillas, es importante que las consumas lo más pronto posible después de su cocción. Si se quedan a temperatura ambiente por un período mayor de lo que debieran, esto favorecerá la aparición del moho. Además, evita dejar las tortillas abiertas fuera del empaque original, ya que esto también fomenta el crecimiento del moho.

Por último, si tienes alguna duda sobre la seguridad de un alimento que has conservado, lo mejor es desecharlo. Aunque la ingestión accidental de una mínima cantidad de moho en un momento puntual no suele generar problemas severos, es importante poner atención a lo que comemos para asegurar nuestra salud.

Conclusiones

La conclusión es clara: en la medida de lo posible, siempre debemos evitar el consumo de alimentos con moho. Esto puede evitarnos muchos problemas y, en casos graves, incluso salvarnos la vida.

En el caso particular de las tortillas, es importante tener en cuenta que los problemas de salud asociados al moho pueden ser muy graves. Si alguna vez te encuentras en la situación de comer una tortilla con moho, ten en cuenta que los peligros no deben subestimarse. Los síntomas pueden variar de persona a persona, pero es mejor prevenir los problemas desde el principio.

Por último, siempre debemos recordar que la prevención es la mejor medida. Mantener nuestros alimentos limpios y secos, verificar las fechas de caducidad y conservación adecuada de los mismos es la mejor manera de evitar el crecimiento del moho y, como hemos visto, los peligros que este conlleva.