El estado metafísico o abstracto en el positivismo: una búsqueda de entidades abstractas

En la historia de la filosofía, tres estados teóricos han regulado la forma en que el conocimiento ha sido adquirido y utilizado. El estado teológico, el estado metafísico y el estado positivo han marcado los hitos del desarrollo intelectual y científico de la humanidad. El estado teológico es aquel en el que los fenómenos son representados como producidos por agentes sobrenaturales, mientras que en el estado metafísico, los agentes sobrenaturales son reemplazados por fuerzas abstractas concebidas como verdaderas entidades que pueden engendrar todos los fenómenos observados. En el estado positivo, el espíritu humano se dedica a descubrir las leyes efectivas de los fenómenos a través del uso bien combinado del razonamiento y la observación.

En este artículo, nos centraremos en el estado metafísico o abstracto en el positivismo: su definición, sus características y su papel en la evolución del pensamiento científico. Comprenderemos cómo las entidades abstractas están en el centro del estado metafísico y cómo esta fase es una transición crucial del estado teológico al estado positivo.

¿Qué es el estado metafísico o abstracto?

El estado metafísico es una etapa crucial en la evolución del espíritu humano hacia el estado positivo. Es una fase de transición en la que las explicaciones teológicas y sobrenaturales son reemplazadas por explicaciones abstractas. En este estado, se busca el por qué y la explicación de la naturaleza en las cosas mismas, a través de entidades abstractas, inmutables y necesarias.

Esta etapa se caracteriza por la prevalencia de abstracciones o entidades personificadas que explican los fenómenos observados en el mundo natural. Para comprender mejor esto, pensemos en cómo se explicaba la naturaleza en el estado teológico. El mundo natural era visto como una creación divina, y todos los eventos observados en la naturaleza se explicaban como la intervención de un dios o de varios dioses.

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En el estado metafísico, por otro lado, las explicaciones se basan en entidades abstractas concebidas como verdaderas entidades que pueden engendrar todos los fenómenos observados. Algo así como los conceptos de gravedad, fuerza, energía… Son construcciones abstractas que ayudan a explicar los fenómenos observados en la naturaleza, pero no pueden ser sujetos a ningún tipo de observación directa.

El papel de la abstracción en el estado metafísico

La abstracción es el fundamento del estado metafísico. Si bien en el estado teológico, las explicaciones se basan en la intervención sobrenatural, en el estado metafísico, las explicaciones se basan en conceptos abstractos. Estos conceptos abstractos son entidades ideales concebidas por la mente humana que ayudan a explicar los fenómenos observados en la naturaleza.

El concepto de “fuerza”, por ejemplo, es una abstracción que se utiliza para explicar varios fenómenos observados en el mundo natural. En el estado metafísico, se cree que todas las acciones se deben a la presencia de fuerzas, y esta creencia se apoya en la idea de que la fuerza es una entidad abstracta que puede afectar a la materia de manera directa.

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De manera similar, el concepto de “energía” se utiliza para explicar cómo la materia puede existir en diferentes formas en el universo. La energía no puede ser observada directamente, pero su existencia se infiere por los efectos que tiene sobre la materia.

La transición del estado teológico al estado positivo

El estado metafísico es una fase de transición del estado teológico al estado positivo. En el estado teológico, todo fenómeno observado es visto como una creación divina. En el estado metafísico, las explicaciones no dependen de la intervención divina, sino de entidades abstractas.

Sin embargo, en el estado metafísico, las explicaciones aún son especulativas y no se basan en ninguna observación o experimento. Por lo tanto, el estado metafísico solo es una fase de transición hacia el estado positivo.

En el estado positivo, el espíritu humano se dedica a descubrir las leyes efectivas de los fenómenos a través del uso bien combinado del razonamiento y la observación. En este estado, la abstracción sigue siendo importante, pero ya está respaldada por la experiencia, la observación y la experimentación.

La organización sistemática de las ciencias en el positivismo

El positivismo establece una organización sistemática de las ciencias basada en criterios como la semejanza, la filiación y el grado de generalidad-complejidad. Las ciencias más generales y abstractas, como la Matemática, se encuentran en la cima de la jerarquía, mientras que las ciencias más específicas y concretas, como la Biología, se encuentran en la base de la jerarquía.

En el estado metafísico, la organización de las ciencias se basa en la filiación, que significa que cada ciencia se deriva de la anterior más general. Por lo tanto, la Metafísica será la primera ciencia en la jerarquía, seguida de la Física, la Química, la Biología y así sucesivamente.

En cambio, en el estado positivo, la organización de las ciencias se basa en criterios más objetivos y científicos, lo que significa que las ciencias más complejas tienen una relación jerárquica con las ciencias menos complejas. Por lo tanto, la Matemática se ubica en la cima de la jerarquía, y todas las demás ciencias se derivan de ella de manera más o menos directa.

La sociología en el positivismo

Según el positivismo, la sociología es la ciencia más compleja de todas las ciencias. La sociología es la única ciencia que se ocupa de un objeto de estudio único e irrepetible: la sociedad humana. La sociedad es la única realidad concreta y se organiza históricamente según tres categorías: orden, progreso y estado.

El progreso es una idea clave en la sociología positivista. Si bien la idea de progreso también existía en el estado teológico y el estado metafísico, en el estado positivo, la idea de progreso se convierte en un concepto científico. El progreso es visto como una ley invariable de la sociedad humana, y la sociología se ocupa de establecer el grado de progreso de una sociedad según sus características específicas.

Charles Darwin y la ley de los tres estados

La Ley de los Tres Estados de Auguste Comte fue elogiada por Charles Darwin, quien vio la importancia de esta ley en su propia teoría de la evolución. En su libro “El origen de las especies”, Darwin usó la idea de la evolución de la vida para apoyar la ley de los tres estados de Comte.

Darwin creía que la evolución de la vida es un ejemplo claro de la evolución del conocimiento. La vida comenzó con formas simples y evolucionó hacia formas más complejas a través de la selección natural. De manera similar, la evolución del conocimiento humano comenzó con explicaciones teológicas y evolucionó hacia explicaciones más complejas y científicas en el estado positivo.

Conclusión

El estado metafísico o abstracto es una fase crucial en la evolución del pensamiento humano hacia el estado positivo. En este estado, las explicaciones se basan en entidades abstractas concebidas como verdaderas entidades que pueden engendrar todos los fenómenos observados en la naturaleza. Si bien este estado aún no se basa en la observación y la experimentación, es una fase de transición importante hacia el estado positivo.

En el estado positivo, el conocimiento se basa en la experiencia, la observación y el razonamiento científico. La abstracción sigue siendo importante, pero solo respaldada por la observación y la experiencia. La organización sistemática de las ciencias en el positivismo se basa en criterios más científicos y objetivos que en el estado metafísico. La sociología, según el positivismo, es la ciencia más compleja y se ocupa del objeto de estudio único e irrepetible de la sociedad humana. La idea de progreso es vista como una ley invariable de la sociedad humana, y la sociología se ocupa de establecer el grado de progreso de una sociedad según sus características específicas.