¿Qué cura la tiamina, piridoxina y cianocobalamina?

Uno de los mayores males a nivel mundial, y también en México, es el dolor lumbar crónico, y según estadísticas, la lumbalgia es una de las alteraciones osteomusculares más prevalentes. Se estima que el 70% de la población la sufre durante su vida. Las causas pueden variar desde lesiones por accidentes, malas posturas, desgaste de la columna vertebral por la edad, entre otros. Pero, ¿qué es la lumbalgia y cómo podemos tratarla?

La lumbalgia es un dolor de tipo mixto, que tiene componentes tanto neuropáticos como nociceptivos, lo que dificulta su tratamiento ya que necesita una opción terapéutica que actúe en ambos aspectos. Es ahí donde entra en juego la tiamina, piridoxina y cianocobalamina, también conocidas como vitaminas del complejo B.

Vitaminas B1, B6 y B12 y su rol en la salud

Es necesario que nuestro organismo cuente con un adecuado abastecimiento de vitaminas del complejo B, específicamente la tiamina, piridoxina y cianocobalamina, ya que su deficiencia se ha asociado con diversas consecuencias negativas en nuestro cuerpo. La tiamina, también conocida como vitamina B1, es fundamental para el crecimiento, el desarrollo y el funcionamiento de las células, ayuda al cuerpo a generar energía a partir de nutrientes y es necesaria para el correcto funcionamiento de los órganos.

Por su parte, la piridoxina, conocida como vitamina B6, es requerida por el cuerpo para el correcto funcionamiento de los nervios, además de influir en el desarrollo cerebral y el sistema inmunológico. Y, por último, la cianocobalamina, también conocida como vitamina B12, es esencial para el crecimiento celular, la hematopoyesis y la síntesis de nucleoproteínas y mielina.

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¿Cómo actúan estas vitaminas en nuestro cuerpo?

Las vitaminas del complejo B interactúan sinérgicamente para mejorar la neuropatía, el control motor, el dolor nociceptivo y el dolor neuropático. Es decir, al trabajar juntas, estas vitaminas pueden ser altamente efectivas en el tratamiento de la lumbalgia, ya que ayudan a controlar el dolor en diferentes aspectos, tanto a nivel nervioso como a nivel inflamatorio.

Por ejemplo, las vitaminas del complejo B pueden mejorar la producción de neurotransmisores que participan en la vía moduladora descendente del dolor y activar los receptores de adenosina en las neuronas nociceptivas del ganglio de la raíz dorsal, lo que disminuye la percepción del dolor. Asimismo, estas vitaminas pueden regular a la baja los niveles de una proteína relacionada con la inflamación del tejido nervioso, lo que contribuye a disminuir la inflamación y por ende, el dolor.

Combinando con otros fármacos

El complejo TPC, que es un fármaco compuesto por piridoxina, tiamina, vitamina B12 y clonixinato de lisina, puede ser útil como terapia complementaria o adyuvante en dolores de tipo mixto como el dolor lumbar de origen no específico o alteraciones osteomusculares e inflamatorias de la región dorsal. De hecho, estudios han demostrado que la terapia combinada con TPC y diclofenaco es más eficaz que la monoterapia con diclofenaco en pacientes con dolor lumbar agudo o con exacerbaciones agudas de la afección crónica, con o sin enfermedad degenerativa de la columna lumbar, pero sin discopatía.

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¿Cómo consumir el complejo TPC?

El complejo TPC está indicado para tratar síndromes neurálgicos, padecimientos músculo-esqueléticos, dolores articulares y reumáticos, neuritis y otras enfermedades relacionadas con el sistema nervioso. La posología oral para adultos y niños mayores de 12 años es de 1-2 comprimidos hasta 3 veces al día, en adaptación a la intensidad del dolor. También puede ser utilizado en menores de 12 años, adaptando la dosis al peso y edad, e incluso por vía intramuscular.

Algunos cuidados a tener en cuenta

Es importante considerar que el complejo TPC, o cualquier tratamiento médico, debe ser prescrito y supervisado por un profesional de la salud para asegurar una correcta dosificación y evitar posibles efectos secundarios. Asimismo, el complejo TPC está contraindicado en casos de hipersensibilidad a cualquiera de sus componentes, trastornos hematopoyéticos, úlcera péptica activa, insuficiencia renal severa, tendencia a hemorragias digestivas, niños menores de 12 años, embarazo y lactancia.

En conclusión, la lumbalgia es una molestia muy común, pero que puede ser tratada de manera efectiva con el uso de vitaminas del complejo B, como la tiamina, piridoxina y cianocobalamina. Estas vitaminas tienen la capacidad de actuar en diferentes aspectos del dolor lumbar, y combinadas con otros fármacos pueden ofrecer un tratamiento más efectivo a los pacientes que lo necesitan. El complejo TPC es un ejemplo de cómo estas vitaminas pueden ser combinadas con un analgésico y antiinflamatorio para brindar mayores beneficios en el tratamiento de la lumbalgia.