¿Por qué la mujer debe ir del lado de la pared?

En nuestra sociedad aún persisten algunas costumbres ancestrales que deben ser revisadas y su origen cuestionado. ¿Por qué la mujer debe ir al lado de la pared cuando camina por la calle junto a un hombre?

A lo largo de la historia, se han establecido una serie de normas sociales que han ido variando según la época y el lugar geográfico. Una de estas costumbres es el hecho de que la mujer debe caminar cerca de la pared mientras el hombre camina en el lado exterior. ¿Por qué?

El origen de la costumbre

Según algunos historiadores, la tradición de que la mujer camine del lado de la pared se remonta a la época de los antiguos romanos, quienes trataban a las mujeres con respeto y honor. Cuando un romano se encontraba con una mujer en la calle, siempre dejaba libre el lado derecho para que ella pasara, inclusive los mismos magistrados conservaban esta costumbre.

Otra explicación posible es que en la Edad Media, las mujeres esperaban que sus familias las defendieran y por eso se sentaban en el lado izquierdo de la iglesia. En la calle, la mujer era considerada más vulnerable y, por lo tanto, se esperaba que el hombre la protegiera caminando del lado de la calle.

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En un contexto más reciente, algunas fuentes sugieren que esta costumbre surgió en la época en que los hombres llevaban espadas y necesitaban espacio para maniobrar al desenvainarlas. Al caminar del lado de la calle, el hombre podía proteger a la mujer de posibles ataques.

¿Es esta costumbre necesaria en la actualidad?

Aunque estas explicaciones pueden parecer razonables, la verdad es que estas costumbres han ido evolucionando y cambiando con el tiempo. En la actualidad, ya no es necesario proteger a la mujer de posibles ataques mientras se camina por la calle. De hecho, muchas mujeres pueden sentirse incómodas al ser tratadas como objeto frágil que necesita ser protegido.

Es importante que como sociedad, dejemos atrás estas viejas costumbres y permitamos que cada persona camine por donde desee sin importar su género. No existe una regla universal que obligue a una mujer a caminar del lado de la pared mientras el hombre va en la parte exterior de la acera. Es nuestra responsabilidad como individuos cambiar estas prácticas machistas que nos han sido impuestas desde la antigüedad.

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¿Qué otros roles pueden ser perjudiciales?

La costumbre de caminar del lado de la calle no es el único rol que se ha impuesto a las mujeres a lo largo de la historia. La idea de que la mujer debe permanecer en casa y criar a los hijos, mientras el hombre trabaja y provee para la familia, también proviene de épocas antiguas y es considerada perjudicial e injusta por muchos.

Las mujeres han luchado por conseguir una participación más activa y visible en la vida social, política y económica de la sociedad. Sin embargo, muchas veces se les impide el acceso a ciertos espacios y privilegios, simplemente por su género.

En el ámbito político, las mujeres han conseguido cada vez más derechos y oportunidades. Sin embargo, aún enfrentan dificultades a la hora de conseguir una representación proporcional y el respeto que se merecen. Muchas veces, sus opiniones y propuestas son minimizadas o ignoradas por sus compañeros masculinos.

La lucha por la igualdad de género

La igualdad de género es una lucha constante que no ha concluido. Es necesario cuestionar las costumbres y roles que se nos han impuesto y buscar una sociedad más justa e inclusiva para todos y todas.

Los derechos políticos de las mujeres comenzaron con el sufragio, tanto pasivo como activo. Sin embargo, queda mucho por hacer para lograr una representación digna y proporcional.

Las mujeres enfrentamos una lucha constante para hacernos oír y respetar en todos los ámbitos de la sociedad. Pero aunque a veces parece difícil, debemos seguir adelante y defender nuestros derechos, cuestionar las normas que nos limitan y luchar por una sociedad más justa.

Conclusión

En conclusión, la costumbre de que la mujer debe ir del lado de la pared cuando camina con un hombre por la calle es una práctica que aunque tiene su origen en el respeto y la protección hacia la mujer, ya no tiene sentido en la sociedad actual. Es importante cuestionar las tradiciones y roles que nos han sido impuestos por la cultura patriarcal y buscar una forma más justa e igualitaria de convivir.

Más allá de caminar por el lado de la pared, nos queda por avanzar en la lucha por la igualdad real de género en todos los ámbitos de la vida. Es necesario que las mujeres tengan más voz y representación en la política, los negocios y la cultura. Debemos trabajar juntos para lograr una sociedad mejor, más justa y equitativa para todos los géneros.