Cuáles eran sus centros ceremoniales de la cultura mexica

La cultura mexica fue una de las más fascinantes de la historia de la humanidad. Sus tradiciones y costumbres han dejado un legado invaluable a la cultura mexicana actual, y una de las manifestaciones más importantes de su religiosidad fueron sus centros ceremoniales.

Los centros ceremoniales de los aztecas

Los aztecas contaban con varios centros ceremoniales, siendo el más importante el de la ciudad de Tenochtitlan. Esta ciudad era el centro político, religioso y económico del imperio azteca y, como tal, su centro ceremonial era el más grande de los que los aztecas construyeron.

El Templo Mayor fue el edificio más destacado del centro ceremonial de Tenochtitlan. Fue construido en siete etapas y tuvo cuatro ampliaciones. De la primera etapa, la original, no queda ninguna evidencia. La segunda etapa es anterior a 1428 y se han hallado restos de los dos adoratorios de la cima, un chac-mool, una piedra de sacrificios y pinturas murales. En la tercera etapa, datada en 1431, se conservan las escalinatas y parte del pavimento. La cuarta etapa, hacia 1454 con Moctezuma I, estaba rodeada de braseros con atribuciones a Tláloc y a Huitzilopochtli, y fue ampliada con una plataforma adornada con serpientes ondulantes.

Eduardo Matos Moctezuma inauguró la Cátedra que le dedicó la Universidad de Harvard. En su conferencia inaugural, Matos Moctezuma disertó sobre el Templo Mayor y sus ejes. La Cátedra Eduardo Matos Moctezuma de la Universidad de Harvard durará un año.

Otros centros ceremoniales

Otro centro ceremonial se encontraba en Tlatelolco, actualmente conocida como la plaza de las tres culturas. Este centro ceremonial era el segundo en importancia después del de Tenochtitlan.

En el cerro de la estrella Iztapalapa también había un centro ceremonial donde se realizaban las ceremonias del Fuego Nuevo. Este centro es considerado como uno de los más antiguos de los mexicas.

En Malinalco había un gran centro ceremonial en el que se desarrollaba la educación militar azteca. Los jóvenes aztecas solían asistir a este centro ceremonial para ser entrenados como guerreros.

El Templo Mayor

El Templo Mayor de los aztecas fue uno de los centros ceremoniales más impresionantes de su cultura. Era el recinto sagrado de la ciudad de Tenochtitlan y se situaba en el centro del recinto ceremonial, en la plaza principal de la ciudad.

La fachada principal del Templo Mayor está orientada al poniente y el templo está dividido en dos partes: la del sur rige Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra, y al norte está Tláloc, dios relacionado con la lluvia y la agricultura.

La Cámara 1 tiene un pequeño túnel de acceso y representa la visión de centro del Universo. En la Cámara 1 se encontró una figura identificada como una representación de la diosa del pulque, Mayáhuel, y en la Cámara 2 se encontraron figuras del dios del agua y una serie de máscaras.

Se halló una ofrenda con un tzompantli, con alrededor de 450 cráneos jóvenes, y el juego de pelota. La lucha entre Hutizilopochtli y Coyolxahuqui dejó minimizado el otro eje, el de la vida de Tláloc.

Fray Bernardino de Sahagún dio más importancia a la muerte que a la vida en su pintura. El impactante Tzompantli es uno de los elementos más representativos de la cultura mexica y su influencia en la cultura mexicana moderna puede verse a través de los altares de calaveras de barro y azúcar en el Dia de los Muertos.

La importancia de los centros ceremoniales

La cultura mexica fue una de las más avanzadas de su tiempo y sus centros ceremoniales eran un elemento fundamental de su religión y cultura. Los centros ceremoniales eran espacios sagrados en los que se llevaban a cabo ceremonias religiosas y rituales de adoración a los dioses.

Los mexicas creían en deidades que estaban siempre molestas y al borde de destruir el mundo, por lo que sacrificaban a sus ciudadanos para apaciguarlos. Los altares se construían con el objetivo de llevar a cabo rituales espirituales y preparar al sacrificio para ser digno de los dioses. Se realizaban sacrificios públicos de diferentes clases de personas, desde criminales hasta prisioneros de guerra e incluso ciudadanos comunes.

Después del sacrificio, se cercenaba por el cuello el cadáver y su cabeza era colocada en un Tzompantli como exhibición. El Tzompantli era una pared adornada con cráneos falsos y se puede ver su paralelismo con los altares Tzompantli.

La influencia de los conquistadores españoles

Durante la conquista de México, los conquistadores españoles espantaron al ver los altares Tzompantli, considerándolos prueba de la bárbarie de los mexicas. Los españoles se propusieron eliminar muchas tradiciones aztecas, incluyendo las ceremonias en los centros ceremoniales.

A pesar de la destrucción que llevaron a cabo los españoles, la cultura mexica logró pervivir en la cultura popular y ha sido fuente de inspiración para la literatura, el cine y otras artes. La influencia de los centros ceremoniales de los mexicas puede ser vista en la arquitectura y el arte mexicano contemporáneo, así como en la celebración del Dia de los Muertos en todo el país.

Conclusión

Los centros ceremoniales de la cultura mexica son una prueba de la riqueza cultural y religiosa de esta civilización milenaria. A pesar de que muchos de ellos fueron destruidos durante la conquista española, su legado ha sobrevivido a lo largo de los siglos y sigue siendo una fuente de inspiración para muchas personas.

La fascinante mezcla de religiosidad, arte y arquitectura que se encuentra en los centros ceremoniales de los mexicas es un testimonio de la complejidad y profundidad de una cultura que ha dejado una marca indeleble en la historia de la humanidad.