Escatimó es una palabra que aparece en la Biblia y que, como muchas otras, ha sufrido cambios semánticos con el paso del tiempo. Originalmente, según algunos estudiosos, su significado podría provenir del término gótico “skattjan” que significa “contar” o “valorar”. Sin embargo, esta acepción ha caído en desuso y hoy en día se asocia principalmente con el acto de dar o usar lo menos posible de algo o, incluso, con el de adulterar y malinterpretar el sentido de las palabras.
Sin embargo, ¿qué es lo que la Biblia nos dice sobre este término? En este artículo, exploraremos el significado de la palabra “escatimó” en algunos pasajes bíblicos y reflexionaremos sobre su importancia en el contexto de la generosidad y el amor al prójimo.
La palabra “escatimó” en la Biblia
Uno de los pasajes bíblicos donde aparece esta palabra es en el Salmo 77: 38. Allí se lee: “Mas él, misericordioso, perdonó la maldad, y no los destruyó; y muchas veces apartó su ira, y no despertó todo su enojo. Antes se acordó de que eran carne, un viento que pasa y no vuelve. ¿Cuántas veces le provocaron en el desierto, le afligieron en la soledad? Y volvían y tentaban a Dios, y limitaban al Santo de Israel. No se acordaron de su mano, del día en que los libró del enemigo; cómo puso en Egipto sus señales, y en el campo de Zoán sus maravillas. Cómo volvió en sangre sus ríos, y sus corrientes sin que pudieran beber. Escatimó para ellos las langostas, y las langostas los consumieron, y de naoles no tuvieron remedio. Hizo pasar delante de ellos el mar Rojo, y los hizo pasar por medio de él; y las aguas les fueron como muro a su diestra y a su siniestra”.
En este pasaje, el término “escatimó” se utiliza para hablar de la acción de Dios de retener algo que, en principio, pensábamos que iba a ser liberado o dado. En este caso, se refiere a la liberación de plagas y maldiciones sobre Egipto como un castigo por su maldad. Pero Dios, en su misericordia y amor por su pueblo, decidió no liberar todas las plagas de una sola vez y “escatimó” algunas de ellas para asegurarse de que su pueblo no fuera destruido junto con sus enemigos.
Otro pasaje bíblico donde se emplea la palabra “escatimó” es en Isaías 53:3-4: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Escatimado fue”.
En este versículo, la palabra “escatimado” se refiere a algo que se le negó o que se le privó a Jesús, posiblemente el amor y la admiración que merecía por su obra y su sacrificio.
Reflexiones sobre el significado de “escatimó”
El término “escatimó” se usa en la Biblia para hablar de algo que se ha retenido o negado, ya sea algo que se esperaba recibir o algo que se merecía por derecho propio. En este sentido, se trata de una palabra que se asocia con la negación, la carencia y la privación. Pero, al mismo tiempo, también podemos ver en ella una alusión a la importancia de la generosidad y la justicia.
En la Biblia, se nos anima a ser generosos y a compartir con los demás lo que tenemos. De hecho, Jesús dijo en Lucas 6:38: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. El llamado a la generosidad y a la solidaridad con los más necesitados está presente en muchas partes de las Escrituras, como cuando en Proverbios 11:24-25 se dice: “Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”.
La generosidad como virtud
Si bien la palabra “escatimó” puede hacernos pensar en la carencia y la privación, podemos entender su uso en la Biblia no solo como una invitación a reflexionar sobre lo que podemos dar a los demás, sino también como una oportunidad para valorar lo que ya tenemos. La idea de que podemos ser generosos con los demás solo si somos conscientes de la generosidad divina hacia nosotros es una constante en las Escrituras. En Deuteronomio 16:17 se dice: “Cada uno con el don de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado”.
La generosidad no solo es una virtud, sino que también puede ser un camino hacia la felicidad y la realización personal. La idea de que si regalamos amor, alegría y felicidad, estas mismas cosas volverán a nosotros está presente en muchas prácticas religiosas y filosóficas alrededor del mundo y tiene sus raíces en las enseñanzas de la Biblia.
Conclusiones
En definitiva, el significado de “escatimó” según la Biblia nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud hacia los demás y hacia todo lo que nos rodea. La generosidad y la solidaridad son valores que se refuerzan mutuamente, y la idea de que podemos recibir lo que damos (o quizás incluso más) es una enseñanza importante que nos permite poner en perspectiva lo que tenemos y lo que podemos ofrecer a los demás.
Sin embargo, cabe preguntarnos, ¿qué pasa cuando queremos dar pero no tenemos lo suficiente para hacerlo? ¿Qué pasa cuando tenemos una gran generosidad pero carecemos de los recursos materiales para ponerla en práctica? ¿Es acaso nuestra generosidad menos valiosa por el hecho de no poder llevarla a la práctica?
Límites de la generosidad
Es importante recordar que la generosidad, como cualquier otra virtud, tiene límites y requiere de un equilibrio adecuado para que no se convierta en una forma de autodestrucción. En este sentido, es necesario aprender a reconocer cuándo estamos dando lo suficiente y cuándo debemos poner límites para cuidar de nuestra propia calidad de vida y bienestar.
En otras palabras, no se trata de escatimar en la generosidad, sino de saber poner límites y establecer un equilibrio adecuado entre dar y recibir. Este equilibrio no solo nos ayuda a cuidar de nosotros mismos, sino que también puede contribuir a que nuestra generosidad sea más efectiva y duradera, ayudándonos a alcanzar nuestros objetivos y hacer una diferencia positiva en el mundo.
En conclusión, la palabra “escatimó” en la Biblia puede ser interpretada de muchas maneras, pero siempre nos invita a reflexionar sobre el valor de la generosidad y la importancia de compartir nuestro tiempo, nuestras habilidades y nuestros recursos con los demás. Al mismo tiempo, es importante recordar que la generosidad tiene límites y que saber ponerlos es esencial para nuestro bienestar y el de los demás. Es una enseñanza que nos invita a reflexionar constantemente sobre nuestro papel en el mundo y a buscar siempre maneras de ser más generosos, solidarios y amorosos con todos los que nos rodean.