Por que se le llama profetas mayores

Los libros de los profetas del Antiguo Testamento son un conjunto de escritos que han influenciado a la humanidad desde hace miles de años. En este conjunto de escritos encontramos los conocidos como “profetas mayores”, que son cinco libros: Isaías, Jeremías, Lamentaciones de Jeremías, Ezequiel y Daniel. El hecho de que reciban el nombre de “mayores” ha generado confusión y preguntas sobre su origen y contenido. En este artículo profundizaremos sobre el por qué se les llama así a estos libros sagrados.

El origen del término “Profetas Mayores

Como mencionamos en la introducción, los “Profetas Mayores” son cinco libros sagrados antiguos, que tienen su origen en el Antiguo Testamento de La Biblia. La expresión “Profetas Mayores” es de origen cristiano, ya que estos libros son considerados de mayor importancia que los profetas menores debido a su extensión y contenido. La designación de “mayores” no significa que tengan más autoridad o que sean mejores que los profetas menores, simplemente se refiere a su extensión.

Los “Profetas Mayores” se llaman así porque son más largos que los “Profetas Menores”. Por otro lado, cabe destacar que el término “Profetas Mayores” no aparece en la Biblia, sino que se cristalizó como una clasificación después del auge del cristianismo.

Los Profetas Mayores y su extensión

Hay una gran diferencia en la extensión de los “Profetas Mayores” y de los “Profetas Menores”. Los “Profetas Mayores” han sido catalogados así debido a su longitud, mientras que los “Profetas Menores” son doce escritos proféticos más cortos en comparación de los primeros.

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Como ejemplo de esta diferencia, Isaías tiene un total de seis veces más versículos que Oseas, y Ezequiel tiene un tercio más de versículos que el propio Isaías. Por ello, los “Profetas Mayores” se llaman de esta forma para distinguirlos de los profetas menores cuando se habla de su extensión.

Los Profetas y su propósito

En general, los profetas son comunicadores elegidos por Dios para hablar en su nombre y guiar a su pueblo. Los escritos bíblicos del Antiguo Testamento nos muestran que los profetas representan una forma específica de la comunicación divina. Dios habla a través de ellos, y los profetas a su vez difunden los mensajes de Dios al pueblo.

Los profetas bíblicos fueron personas con un profundo conocimiento de la Ley de Dios y mensajes importantes para transmitir. Moisés, por ejemplo, es considerado un gran profeta porque recibió los Diez Mandamientos directamente de Dios en el monte Sinaí. Entre los profetas también encontramos a Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, conocidos como “los profetas mayores”.

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Los Profetas y su relación con Dios

Los “Profetas Mayores” tienen un tema común en su contenido: la alianza con Dios, la fidelidad de Dios hacia su pueblo y la necesidad de guiar la conducta de acuerdo con la Ley divina. También subrayan la importancia de la alianza con Dios y las consecuencias terribles que pueden sufrir aquellos que rompan dicha alianza.

Los profetas hablaban directamente con Dios y recibían su mensaje de cuatro maneras diferentes: el camino intelectual, el camino de la imaginación, el camino de la visión infusa y el camino de la visión natural. Los mensajes proféticos podían llegar a los profetas a través de uno o varios de estos caminos.

Los Profetas Mayores y su contenido

Los “Profetas Mayores” cubren un período significativo y presentan una amplia variedad de mensajes. Es necesario entender el contexto histórico en el que fueron escritos estos libros sagrados para poder apreciar su contenido de manera adecuada.

La mayoría de los “Profetas Mayores” fueron escritos en torno al siglo VIII a.C, con excepción de Ezequiel y Daniel, que fueron escritos un poco más tarde, en el siglo VI a.C. Estos cinco libros sagrados cubren diferentes períodos de la historia del pueblo de Israel, desde la época pre-babilónica hasta la pos-exílica.

Los Profetas Mayores y la esperanza mesiánica

Además de la alianza con Dios y la necesidad de guiar la conducta de acuerdo con la Ley, los “Profetas Mayores” también hablan de la esperanza mesiánica y el triunfo del amor de Dios sobre la esclavitud y el pecado. Entre los profetas, Isaías fue uno de los más destacados en hablar del mesías venidero.

Isaías habla del mesías venidero en los capítulos 49 al 53. En estos pasajes, se describe a un mesías que sufriría, moriría y resucitaría para redimir al pueblo de sus pecados. Estos textos del Profeta son considerados por muchos cristianos como una profecía sobre la llegada de Jesús de Nazaret.

Los Profetas Menores

En contraposición a los “Profetas Mayores”, encontramos los “Profetas Menores”. El número 12 es comúnmente referido en relación con los profetas del Antiguo Testamento. Los libros que contienen a los 12 profetas son: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.

Los “Profetas Menores” son 12 escritos proféticos más cortos en comparación de los “Profetas Mayores”. Estos libros son menos conocidos que los “mayores”, pero aún así contienen mensajes importantes para el pueblo de Dios.

Los Profetas Menores y su contenido

Los profetas menores abordaron varios temas importantes. En muchos casos, se centraron en advertir al pueblo de las consecuencias de no seguir la Ley de Dios y de romper la alianza con él.

En el libro de Oseas, por ejemplo, se describe la relación entre Dios y su pueblo como la relación de un esposo y una esposa. Pero el pueblo de Dios había sido infiel, y Oseas utilizó su matrimonio como una metáfora para describir la deslealtad del pueblo hacia Dios. Miqueas habló sobre la injusticia social, el orgullo y la idolatría, mientras que el mensaje central de Habacuc fue la convicción de que Dios juzgaría a Judá por su pecado.

La vida de los profetas bíblicos

En los tiempos bíblicos, había escuelas para profetas ubicadas alrededor del templo. Gente de todas partes del mundo antiguo viajaba a estas escuelas para aprender de los profetas. Al igual que hoy en día, ser un profeta no era fácil en esos tiempos.

Los profetas debían lidiar con la incredulidad del pueblo, la arrogancia de los líderes religiosos y la persecución violenta en ocasiones. Muchos de ellos sufrieron grandes dificultades durante toda su vida.

Persecución y sufrimiento de los profetas

Jeremías es un ejemplo de profeta que sufrió mucho durante su ministerio. El profeta vivió en una época difícil, en medio de la decadencia espiritual y de la amenaza constante de invasión por parte de otros países. Jeremías fue llamado por Dios para predicar la palabra de Dios al pueblo de Israel, pero a menudo sus mensajes no eran escuchados y su vida corrió peligro.

Jeremías fue encarcelado por los líderes religiosos al menos dos veces, y su mensaje no fue popular durante la mayor parte de su vida. Sin embargo, sus palabras y sus enseñanzas siguen inspirando a la gente a lo largo de la historia.

Los Profetas, el Mesías y la redención divina

La figura del Mesías es una de las más importantes dentro de los libros sagrados. Los profetas bíblicos hablaban de la esperanza mesiánica, la cual se centraba en la llegada de un liberador que restauraría la relación entre Dios y su pueblo. Los “Profetas Mayores” en particular hablaban de este tema, especialmente Isaías.

En los libros sagrados, se describe al Mesías como alguien que sufriría y moriría por el pueblo de Dios, el cual sería redimido a través de su sacrificio. Esta idea de la redención divina es fundamental para el cristianismo.

La figura del Mesías

La figura del Mesías es una de las más importantes para los cristianos y para los judíos. Los judíos creen que el Mesías será un lider político que restaurará el reino de David, mientras que los cristianos creen que Jesucristo es el Mesías que murió en la cruz para redimir a la humanidad.

La figura del Mesías es fundamental en la religión judeocristiana, y su llegada y obra es descrita en detalle en los “Profetas Mayores”. Estos libros sagrados hablan de la esperanza mesiánica, y la restauración de la relación entre Dios y su pueblo a través de la figura del Mesías.

Conclusión

Los Profetas Mayores son cinco de los libros sagrados más importantes del Antiguo Testamento de la Biblia. Reciben la designación de “mayores” debido a su extensión en comparación con los profetas menores. Los libros de los profetas bíblicos son una fuente de inspiración y sabiduría que han influenciado a la humanidad desde hace milenios.

Los “Profetas Mayores” se centran en la alianza con Dios, su fidelidad hacia su pueblo y la necesidad de guiar la conducta de acuerdo con la Ley divina. Además, hablan de la esperanza mesiánica y el triunfo del amor de Dios sobre el pecado y la esclavitud.

A pesar de la dificultad y el sufrimiento que soportaron los profetas en la antigüedad, sus enseñanzas y su legado han perdurado a través de la historia. Los profetas dejaron un mensaje importante para todos nosotros. Como dijo uno de los profetas, Miqueas: “Oh hombre, él te declaró lo que es bueno y qué requiere Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.