¿Cómo fue que Porfirio Díaz llegó a la presidencia de México?

Cuando se habla de la historia de México, es imposible no mencionar a Porfirio Díaz, quien gobernó el país por más de tres décadas. Pero, ¿cómo fue que este general llegó a la presidencia? En este artículo, analizaremos los hechos que llevaron a Porfirio Díaz a asumir el poder en México.

El inicio de la lucha por el poder presidencial

Todo comenzó en 1871, cuando Porfirio Díaz intentó alcanzar la presidencia de México con el Plan de la Noria, pero fue derrotado por el apoyo mayoritario de la población al entonces presidente Benito Juárez. Tras la muerte de Juárez en 1872, Sebastián Lerdo de Tejada asumió la presidencia de manera interina y luego fue ratificado en las elecciones extraordinarias de ese año.

En 1876, Lerdo anunció su intención de competir por su reelección, lo que originó el Plan de Tuxtepec por parte de Porfirio Díaz en contra de la reelección. Díaz reformó el Plan de Tuxtepec para darle un tono jurídico y atraer a José María Iglesias, entonces ministro de la Suprema Corte de Justicia, para su movimiento. El punto seis establecía que el Poder Ejecutivo se depositaría de manera interina en el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, siempre y cuando aceptara el Plan.

La lucha por el poder: Iglesias contra Díaz

A pesar de la revuelta militar que asolaba algunas partes del país, se llevaron a cabo los comicios para el cuatrienio 1876-1880, dando como ganador a Lerdo de Tejada, ratificado por el Congreso de la Unión. Sin embargo, José María Iglesias desconoció la legitimidad de las elecciones ante las irregularidades del proceso y se declaró como Presidente Interino Constitucional de la República Mexicana.

Lerdo de Tejada dejó el cargo de presidente de la República y salió de la capital el 20 de noviembre de 1876. La facción legalista o constitucionalista dirigida por José María Iglesias y la facción militar encabezada por el general Porfirio Díaz iniciaron una nueva guerra interna del país.

El camino al poder de Díaz

Díaz logró tomar la Ciudad de México y se declaró presidente de facto ante su victoria contra Lerdo. Sin embargo, estaba claro que esta victoria no era suficiente para mantenerse en el poder.

Fue entonces cuando Díaz, con el apoyo de otros políticos y militares, convocó a elecciones para el 1 de julio de 1877. Las elecciones, que fueron ganadas fácilmente por Díaz, se consideran fraudulentas, pero gracias a ellas, Porfirio Díaz fue declarado presidente constitucional electo en abril de 1877 y tomó posesión de la presidencia de la República el 5 de mayo siguiente.

El Porfiriato

A partir de ese momento, dio inicio a una época histórica en la que se llevaron a cabo importantes cambios políticos, económicos y sociales en México, conocida como el Porfiriato. Díaz ocupará el puesto de presidente de la República, excepto durante el periodo de Manuel González, hasta mayo de 1911.

La negociación pacífica que fracasó

Pese a que Díaz llegó a la presidencia mediante la lucha armada, también hizo intentos de llegar al poder a través del diálogo. En ese sentido, Iglesias y Díaz acordaron reunirse para una negociación pacífica en la Hacienda de la Capilla, Querétaro. Sin embargo, las negociaciones fracasaron debido a que se quería imponer la aceptación del Plan de Tuxtepec como “base indeclinable”.

A pesar de esto, es importante destacar la importancia de Porfirio Díaz en la historia de México, ya que durante su mandato, el país avanzó en muchos aspectos, aunque también hubo algunos aspectos negativos como la violación a los derechos humanos y la desigualdad social.

Conclusión

En resumen, Porfirio Díaz llegó al poder en México mediante una convulsa etapa de la historia del país, en la que se jugó una lucha de poder entre él, Lerdo de Tejada e Iglesias. Tras varias batallas y la convocatoria a elecciones, Díaz logró asumir la presidencia, dando inicio a una de las etapas más importantes de la historia de México.

El Porfiriato sentó las bases para el México moderno, aunque también tuvo consecuencias negativas para el pueblo mexicano. En cualquier caso, es importante conocer la historia de nuestro país para entender nuestro presente y nuestro futuro.